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Tras los pasos de una cura para la sordera

Tras los pasos de una cura para la sordera

TRAS LOS PASOS DE UNA CURA PARA LA SORDERA 15/01/2013

Exposición a ruidos fuertes, sufrir infecciones, haber recibido cierto tipo de antibióticos o fármacos contra el cáncer, el envejecimiento... Las causas de la sordera no hereditaria son numerosas y, aunque existen algunos dispositivos para potenciar los sonidos, no hay nada para recuperar la audición. Los mamíferos, a diferencia de otros animales, no tienen capacidad para regenerar las células auditivas del oído interno una vez que se dañan o se destruyen, de ahí que la pérdida auditiva de una persona es normalmente irreversible. Sin embargo, una investigación demuestra que esto podría cambiar.

Aunque de momento no se pueden lanzar las campanas al vuelo, y hay que ser cautos con los resultados que un grupo de científicos investigadores de la Universidad de Harvard (EEUU) ha obtenido, parece que un tratamiento contra la sordera está ahora más cerca. Las reservas vienen por lo preliminar de su investigación, realizada con roedores, y porque todavía presentan retos por superar antes de poder afirmar que han encontrado una terapia para tratar la pérdida de audición. Sin embargo, el logro es reseñable ya que es la primera vez que se demuestra que las células auditivas pueden regenerarse en un mamífero adulto.

En su experimento, cuyos datos recoge la revista 'Neuron', los investigadores aplicaron un fármaco en el conducto coclear de ratones sordos por un trauma acústico. Previamente, estos científicos habían comprobado que el medicamento había logrado generar nuevas células sensoriales auditivas, o células ciliadas, cuando se añadía en un cultivo de células madre procedentes del oído.

“Las células ciliadas son las primeras células receptoras del sonido y son las responsables del sentido auditivo”, explica el doctor Albert Edge, del Centro para el Ojo y el Oído en Massachusetts, en Boston, perteneciente a la Universidad de Harvard. “Hemos mostrado que estas células pueden regenerarse en una cóclea dañada y que su reemplazamiento se traduce en una mejora de la audición”.

El fármaco empleado es un inhibidor de la gamma-secretasa, que funciona bloqueando una vía de señalización, la Notch, involucrada en el desarrollo de la mayoría de los tejidos y que controla el destino de muchas células. Cuando la proteína Notch está activa hace que las células soporte, las que rodean a las ciliadas, no se diferencien en auditivas. Sin embargo, cuando los investigadores aplicaron en el oído de ratones sordos este fármaco y bloquearon la vía Notch, se generaron nuevas células auditivas o ciliares. A través de un escáner cerebral pudieron comprobar que algunos sonidos eran percibidos.

“Estamos emocionados con estos resultados porque son un paso en la regeneración de la biología y prueba que las células auditivas de mamíferos tienen la capacidad de regenerarse”, afirma Edge. “Con más investigación, creemos que la regeneración de las células ciliares abre la puerta a potenciales aplicaciones terapéuticas para la sordera”.

No obstante, todavía quedan problemas por solucionar antes de que esto sea posible. Como explican en su artículo, los investigadores empezaron a ver indicios de recuperación a los tres meses de haber administrado el fármaco. De momento, no saben si esta mejoría se prolongaría en el tiempo o iría perdiendo su efecto cuando la ruta Notch volviera a restaurarse. Tampoco pueden asegurar si sería útil en todo tipo de sordera o sólo para la pérdida aguda de audición. Además, la audición no se recuperó por completo. “Hubo una ligera mejoría. Los animales pudieron detectar ruidos bajos de baja frecuencia, algo así como un portazo o el tráfico, pero no se trata de una audición normal”, aclara Edge.

Por otro lado, habría que comprobar si este método es igualmente útil en mamíferos que han perdido la audición recientemente y en los que llevan tiempo sin oír, ya que probablemente en estos casos una terapia farmacológica exclusiva no sea suficiente ya que la pérdida de audición puede deberse por degeneración de las neuronas específicas para este sentido después de la pérdida de las células ciliadas. O dicho de otra manera, cuando las células auditivas dejan de funcionar, con el tiempo,las neuronas también pierden su actividad.

Por este motivo, algunos investigadores afirman que en muchos casos si no se regeneran estas neuronas la recuperación de la audición no es posible. Y apuntan a las células madre como solución a este problema. Eso es lo que demostró recientemente el grupo de Marcelo Rivolta, biólogo especializado en células madre sensoriales en la Universidad de Sheffield, Inglaterra. Estos investigadores lograron restaurar la audición de roedores sordos utilizando células madre embrionarias de origen humano que derivaron en progenitoras de células del oído y las implantaron en el oído interno, donde se diferenciaron en neuronas auditivas. No obstante, sus resultados, publicados el pasado mes de octubre en la revista 'Nature', no dejan de ser todavía muy preliminares. De momento, habrá que esperar para poder aplicar células madre embrionarias en humanos, ya que su uso no está exentos de riesgos como el desarrollo de tumores.